Controlador de temperatura: Qué es, cómo funciona y para qué sirve

controlador temperatura

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Un controlador de temperatura es un dispositivo esencial tanto en la vida cotidiana como dentro de las grandes industrias productoras y de servicios, ya que esta magnitud natural está presente en cualquier entorno en donde exista un intercambio de energía. Esto puede ser dentro de una maquinaria, como el vehículo que conducimos a diario, o dentro de nuestro propio cuerpo. Poder regularse de manera eficiente tiene un impacto directo en todo lo que hacemos.

Hoy hablaremos del control de temperatura, cómo funciona a diferentes niveles y, sobre todo, de sus aplicaciones en múltiples contextos.

¿Qué es el control de temperatura?

El control de temperatura es un proceso mediante el cual se mide y se regula la magnitud natural relativa a la variación de temperatura, sea ambiental o sobre un determinado medio, que bien puede ser una maquinaria industrial o un grupo de seres vivos.

El dispositivo que se utiliza para llevar a cabo esta tarea de medición se denomina controlador de temperatura y existen muchos tipos diferentes según la tarea que queramos llevar a cabo.

Hay que tener en claro que estos dispositivos no miden el calor, sino las variaciones térmicas dentro de su campo de efecto.

¿Cómo funciona el control de temperatura?

El control de la temperatura, en general, se da mediante la aplicación de la teoría de los sistemas de control, que no es más que un conjunto de elementos y dispositivos interconectados de manera tal que:

  • Un grupo de dispositivos, llamados sensores, pueda detectar las variaciones o cambios en la temperatura en un determinado punto y envíen una señal con esos datos recolectados del ambiente.
  • Un grupo de dispositivos, llamados controladores, reciban las señales ambientales y, en consecuencia, activen una serie de respuestas que permitan mantener, incrementar o reducir el valor que reciben del exterior.
  • Un grupo de elementos, conocidos como ejecutores, efectúen las acciones demandadas por el controlador, como encender un ventilador, liberar refrigerantes, etc.

En este sentido, hay que entender que el controlador de temperatura, por más sofisticado que sea, representa únicamente una parte dentro de un sistema mucho mayor y con más complejidades añadidas dependiendo de dónde se vaya a implementar.

Tipos de controladores de temperatura

Tal como mencionamos al inicio, existen varios tipos de controladores y conocerlos es esencial para entender su entorno de uso. Tenemos:

Controlador digital de temperatura

Un controlador digital de temperatura es un dispositivo electrónico capaz de recibir los estímulos de un sensor, como lo pueden ser los termopares o un RTP, y mediante la conversión de estos en impulsos eléctricos, puede medir y activar diversos mecanismos para regular los niveles de temperatura en un determinado equipo.

Estos controladores son los más populares, ya que son simples de entender gracias al uso de pantallas digitales y botones. Además, se pueden programar para adaptarse a múltiples contextos de uso.

Este tipo de controladores suele tener varias aplicaciones adicionales interesantes, como el almacenamiento de datos, antenas para el envío de señales a los sistemas de control principales y sistemas de alarmas.

Controlador analógico de temperatura

Un controlador analógico de temperatura es un dispositivo que utiliza elementos analógicos, como resistencias y condensadores, para operar.

Este tipo de dispositivos suele ser menos preciso y necesita de señales continuas más rudimentarias para poder regular los cambios de temperatura. Sin embargo, son bastante simples de operar, de mantener y tienen un diseño robusto y altamente durable, siendo además económicos.

A diferencia de sus contrapartes digitales, estos no son programables, por lo que pierden mucha versatilidad en aplicaciones. Vienen prefijados para mantener unos parámetros y, por lo general, se mantienen en ellos. Preferiremos un controlador analógico cuando tengamos aplicaciones más simples de regulación.

Controlador industrial de temperatura

Los controladores industriales de temperatura son, en su mayoría, digitales, aunque en principio se utilizaban los analógicos para el mismo fin. Se emplean en contextos en donde el control de la temperatura puede resultar crítico para los procesos e incluso podemos decir que vitales en materia de seguridad, como pueden ser las subestaciones eléctricas, en la industria metalúrgica, en la nuclear, química, farmacéutica, biológica, agrícola, etc.

Son dispositivos robustos, de altísima precisión y que manejan cantidades ingentes de datos al mismo tiempo, respondiendo ante ellos en milésimas de segundo.

Este tipo de controladores puede integrarse con un sinfín de funcionalidades extras, como pueden ser los PLC centrales, las redes de intranet, el monitoreo remoto, control simultáneo de varios puntos térmicos y gestión integral de respuesta.

Suelen ser dispositivos costosos y de compleja instalación, aunque muy cumplidores en cuanto a sus objetivos.

¿Para qué sirve el control de temperatura?

El control de temperatura puede tener muchísimas aplicaciones interesantes, entre ellas:

Para controlar procesos industriales

Tal como comentamos antes, los controles de temperatura se aplican frecuentemente en contextos industrializados para garantizar que los procesos se realizan de manera segura, eficiente y dentro de los estándares de calidad esperados. Se pueden integrar a equipos como hornos, calderas de fusión, servidores de computadoras e incluso máquinas de fricción.

Para el control de condiciones de laboratorio

En la industria bioquímica, que involucra el diseño de fármacos o el trabajo con especies biológicas de laboratorio (véase experimentación, diseño de vacunas, desarrollo de pruebas médicas…), es esencial un control térmico preciso para garantizar las condiciones ideales de cultivo y manipulación de ciertos elementos, garantizando que estos permanezcan estables durante el proceso. Esto aporta seguridad y calidad a los productos finales, como los fármacos.

Para aplicaciones en domótica

Dentro del contexto de los hogares inteligentes, es clave poder aplicar controles de temperatura para garantizar que la energía se invierte de manera efectiva en los sistemas HVAC (Calefacción, Ventilación y Aire Acondicionado). Este es el mismo principio que aplicaríamos también, por ejemplo, en los invernaderos y plantas inteligentes agrícolas.

Para el control de flotas de frío

En la industria del transporte, además de poder garantizar el funcionamiento del aire acondicionado y de la calefacción interior para los ocupantes de los vehículos, también hay contextos en donde cuidar las cadenas de frío es esencial, como es el caso de las cavas que transportan alimentos, medicinas y otros productos similares.

Para ello, no vale cualquier tipo de termostato, sino que se suele incluir un controlador digital de temperatura integrado al camión para poder garantizar un nivel de calidad óptimo.

Como estas, hay decenas de miles de aplicaciones para el controlador de temperatura y sus sistemas asociados. Si te enfrentas a uno de estos dilemas electrónicos, no te olvides de que somos instaladores oficiales dentro del territorio y podemos ser tu unidad de referencia en el sector. Puedes consultar nuestro servicio de instalaciones o Contactarnos.

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